Hoy, tras mi vuelta de unos días de descanso, no pensaba publicar nada relacionado con la política. De hecho, tenía preparado un post sobre Geografía y Turismo, y a continuación otro sobre Mitología. Pero esta noticia que he leído me ha indignado tanto que me he visto en la obligación moral de publicar esta información previamente y posponer los otros post.
Mucha gente se cree porque nos lo hacen creer en los medios de comunicación hegemónicos que hay dos derechas; una buena y democrática, y otra autoritaria y mala. Pero no es verdad. Ambas son malas y defienden proyectos regresivos, antisociales e inhumanos. Lo que pasa es que las derechas «democráticas» intentan disimular para no ahuyentar a los sectores más centristas de sus respectivos electorados. En España tenemos ya 4 partidos ultraderechistas representados en los Parlamentos: VOX, PP, Junts per Catalunya y Allianca Catalana. Que nadie se sorprenda de lo que acabo de escribir, pues la burguesía nacionalista catalana-al igual que la vasca-tiene un posicionamiento xenófobo, racista, confesional, neoliberal, atlantista, sionista y aliado de la dictadura marroquí. Personajes como Quim Torrá, Carles Puigemont, Silvia Orriols o el ya fallecido Xavier Arzallus-en el caso del PNV- no son menos rechazables que Santiago Abascal, Cayetana Álvarez de Toledo, Jorge Buxade o Isabel Díaz-Ayuso.
Las derechas no tienen otro programa que la maximización de los beneficios de las grandes corporaciones y bancos a costa de la aniquilación de los derechos sociales, laborales y sindicales de las mayorías sociales. Y si en determinados momentos hay que conculcar la libertad de expresión para mantener el estatus quo se hace recurriendo a mentiras y tergiversaciones de los hechos-por ejemplo calificando de cómplices del terrorismo a los manifestantes- , se hace sin reparos. Para ellos la democracia es un medio del que se valen-aunque no les entusiasme-, nunca un fin.